Introducción

El adagio "el conocimiento es poder", propuesto por Francis Bacon en 1597, aún tiene peso en el siglo XXI. Aunque una expresión que consiste en solo tres palabras puede ser sencilla de entender, esta misma es mucho más compleja cuando nos cuestionamos sobre qué tipos de conocimiento equivalen al poder, y cuáles no. El mero hecho de que esta exposición comience con una cita del canon occidental nos habla precisamente de esta jerarquía. A fin de cuentas, el poder juega un papel importante en la decisión sobre qué es lo que cuenta como historia y qué se entiende como mito; sobre qué es lo quecuenta como creencia y lo que es entendido como superstición.

En las Américas, este tipo de discurso está directamente relacionado al colonialismo y sus legados que aún todavía se sienten hoy. Así, cuando vemos una iglesia católica construida sobre un templo azteca, la imagen nos transmite la idea de que el sistema de creencias occidentales es superior a la epistemología indígena, y por lo tanto, más poderoso. La religión fue una herramienta para imponer el poder en estas tierras, aunque este flujo masivo y generalizado de la producción de conocimiento se extendió también a la agricultura, el comercio, la historia natural, la medicina, e incluso el cosmos. Sin embargo, a pesar de los intentos de los colonizadores de erradicar las culturas y el conocimiento indígena y, más tarde, las culturas y conocimientos africanos y asiáticos, a través de la quema de manuscritos, la evangelización, la eliminación dela lengua y la esclavitud, estas comunidades lograron mantener intactas partes integrales de su identidad colectiva. Los intentos constantes de eliminación cultural persisten hasta el día de hoy. Basta con echar un vistazo a Terry Boddie’s Knowledge (2001), que inspiró el título de esta exposición, para percibir esta referencia al sistema escolar del siglo XXI como una herramienta más en el intento de moldear a los niños para que piensen y se comporten de ciertas maneras.

La exhibición Un hemisferio del conocimiento se enfoca en esta resiliencia, pero su objetivo es ir más allá y respetar a la diversa producción de conocimiento de las muchas culturas que componen lo que ahora llamamos las Américas. Esta exposición busca presentar diferentes tipos de la producción de conocimiento de las Américas, al mismo tiempo que reconoce que nuestra universalidad proviene de relaciones basadas en la diversidad, y que estas relaciones, como las propias culturas, están cambiando constantemente. Además, la exposición considera este conocimiento contra el horizontey los legados de la hegemonía, situándolo así dentro de las dinámicas de poder del colonialismo, el imperialismo y el neoliberalismo. La exhibición Un hemisferio del conocimiento es intencionalmente política porque valora creencias culturales que han sido descartadas debido a los legados del poder. Los materiales de la Colección Latinoamericana Nettie Lee Benson, divididos en seis subtemas de la exhibición, transmitirán—a través de una variedad de artículos que resuenan entre sí—una imagen diversa de la producción de conocimiento.

Los materiales aquí presentados provienen de la labor de un siglo de investigación y recolección administrada por la Biblioteca Benson. La diversidad de material incluye objetos muy visibles y tesoros ocultos, y todos llegando desde las diferentes áreas de recolección que mantiene la Biblioteca Benson. Estas áreas incluyen tanto nuestras colecciones tradicionales de América Latina y Latinx (E.E.U.U.), como la del más reciente Archivo de la Diáspora Negra. También, la exhibición se aprovecha de iniciativas digitales como la del Archivo de Lenguas Indígenas de América Latina (AILLA) y nuestras asociaciones post-custodiales a lo largo de toda América Latina en la cual los materiales permanecen en sus comunidades, pero la Biblioteca Benson ofrece copias digitales a los investigadores. Las ideas y culturas aquí representadas no son más que una pequeña muestra del intercambio de conocimientos que no solo antecede el contacto con Europa, sino que continúan hasta la fecha. Este intercambio ha sido tanto pacífico como violento, dado como robado,negociado como impuesto.

Algunos subtemas de la exhibición pueden ser de naturaleza más eurocéntrica, otros menos. A medida que se desarrolla la presentación de ideas en esta exhibición, permitamos que las palabras de José Martí capten la esencia de esta misma. En "Nuestra América" (1891), Martí reclama una identidad pan-latinoamericana basada en la necesidad de valorar el conocimiento autóctono: "Conocer es resolver. Conocer el país, y gobernarlo conforme al conocimiento, es el único modo de librarlo de tiranías. La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los Incas a acá, ha de enseñarle al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. " Esta exposición propone que reconsideremos ideas que fueron rápidamente descartadas debido a la vanagloria cultural, y que reconozcamos la sabiduría antigua al lado de lasintervenciones relativamente nuevas.