Las leyes discriminatorias y las políticas gubernamentales han contribuido a la percepción negativa de la comunidad latine LGBTQIA+. El impacto de estas leyes se refleja en las experiencias de las interacciones individuales con agentes de la ley, compañeros de trabajo y familiares. El archivo hace referencia con frecuencia al Código Penal 21.06, que criminalizaba las actividades sexuales entre personas del mismo sexo cuando se promulgó en Texas en 1973. Estas leyes han provocado violencia contra la comunidad, lo que hace crucial luchar por protecciones legales para las personas.

Las leyes injustas han resultado en una relación turbulenta entre la policía y la comunidad LGBTQIA+. Por ejemplo, el periódico Aqui LLEGO publicó la experiencia de discriminación de una oficial de policía latina queer en su lugar de trabajo. Ella no estaba segura si se debía a su sexualidad o por ser latina.

Las organizaciones de base también abogaron por los derechos a nivel local. Por ejemplo, el Proyecto contra la Violencia es un programa inclusivo que protege y aboga contra la violencia en la comunidad queer de BIPOC. El proyecto comenzó en 1980 en la ciudad de Nueva York en respuesta a los ataques contra hombres homosexuales en la ciudad. Desde los años 80, han ofrecido talleres, apoyo de salud mental y un lugar para la defensa.

La religión ha tenido históricamente una influencia significativa en los hogares latines de Estados Unidos. Como muchos hogares latines se identifican como católicos, la queerness se ve como un pecado, lo que moldea la autopercepción de las personas queer y las actitudes de sus familias hacia su sexualidad. El arte se ha convertido en una herramienta importante para muchas personas para contrarrestar estas normas sociales basadas en la religión. Por ejemplo, Alma López, una artista de Nuevo México, creó una obra controvertida llamada "Our Lady", que presentaba a la Virgen de Guadalupe como una mujer semidesnuda. López pretendía representar la feminidad, el orgullo en el cuerpo femenino y la queerness. Su obra encapsula los desafíos enfrentados por la comunidad latine queer en Estados Unidos, especialmente las mujeres. A través de su obra, ella representa la falta de aceptación y el juicio de la comunidad católica al tiempo que crea un espacio para la identidad latine y la queerness en la sociedad, el mundo del arte e incluso dentro de la religión. No sorprende que el trabajo haya generado críticas por parte de la iglesia, que lo consideró "denigrante para las mujeres" o "indecente".