Introducción

En las décadas de 1960 y 1970, los trabajadores mexicano-americanos en Texas participaron en amargas luchas para organizar su labor contra la opresión económica y el racismo institucional. Los trabajadores hicieron piquetes, salieron a las calles y organizaron campañas nacionales de boicot para exigir salarios dignos y mejores condiciones laborales. A través de estos esfuerzos, las/os chicanas/os [1] desarrollaron análisis matizados de las economías políticas del suroeste de Estados Unidos y realizaron demandas que sacudieron los cimientos de los regímenes laborales racializados y de género tan comunes en la región.

"Austin Chicano Huelgistas, Feb. 6, 1971, rally"
"Austin Chicano Huelgistas, Feb. 6, 1971, rally"
1971-02-06

Esta exposición explora tres movimientos de sindicalización en Texas a través de la documentación que conserva la Colección Latinoamericana “Benson”. La primera sección examina fotografías y recortes de periódicos sobre la huelga de la Economy Furniture Company en Austin (1968-1972), centrándose en las tácticas y estrategias que los trabajadores utilizaron para construir y mantener la solidaridad. La segunda se centra en la huelga de Farah en El Paso (1972) a través de boletines publicados, enfocándose en cómo las mujeres chicanas reclamaron una nueva identidad política en una lucha nacional contra los regímenes laborales racializados y de género. La sección final examina el análisis matizado de las economías políticas del sur y suroeste que sustentó la campaña del Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Texas por el derecho a la negociación colectiva (1975-1982) en el periódico El Cuhamil. Cada uno de estos eventos históricos es un ejemplo de los llamados persistentes y tenaces del Movimiento Chicano por la justicia en Texas.

A lo largo de esta exposición se evidencia cómo los trabajadores se inspiraron en el Movimiento Chicano y en el lenguaje de la identidad para enfrentar las opresiones interseccionales de raza, clase y género que enfrentaban los trabajadores mexicano-americanos. Encontraron fuerza y construyeron solidaridad a través de tradiciones culturales, musicales y artísticas, al mismo tiempo que desafiaban las tradiciones de género que socavaban las contribuciones de las chicanas. Durante la década de 1970, las mujeres mexicano-americanas reclamaron espacio e identidad política dentro del movimiento laboral, abriendo nuevas posibilidades para las futuras generaciones. A través de las batallas cotidianas por el cambio material, los trabajadores cultivaron las demandas económicas, políticas y sociales del Movimiento Chicano y las pusieron en práctica.


Notas:

[1] Esta exposición utiliza el término 'Chicano' para describir el movimiento de las décadas de 1960, 1970 y 1980, y 'Chicana/o' para describir a los participantes, reflejando cómo los participantes históricamente se referían al movimiento y a sí mismos.